Con un show masivo, gratuito y en vivo, la actriz Natalia Oreiro terminará de imponerse como la heredera de la cantante tropical Gilda. Tras el éxito rotundo de la película “Gilda, no me arrepiento de este amor” (estrenada en septiembre del año pasado), la uruguaya subirá a un enorme escenario en Parque Camet, Mar del Plata, con el “Cumbia & Hits Tour”.

Los fanáticos de Gilda parecen estar viviendo con alegría esta especie de reencarnación de la cantante fallecida el 7 de septiembre de 1996 en un accidente automovilístico. “Los fans de Gilda me pedían que los tocara para curar una diabetes, por ejemplo, y yo dejé que fluyera”, dijo Oreiro tiempo antes del estreno de la película en una entrevista para la revista Viva. También declaró que los fanáticos la consideraban una especie de “medium”, un rol que, a juzgar por lo que se ve, a ella no la incomoda para nada.

Fuiste”, “No me arrepiento de este amor”, “Corazón valiente” y “Se me ha perdido un corazón”, entre otros hits se escucharán esta noche en un show que la actriz presentó por diversos países europeos, especialmente, en la ciudad rusa de Moscú. Pero esta será la primera vez en presentarlo en Argentina.

Un mito revivido

Luego de años de ser venerada en el santuario erigido sobre el lugar de su trágico accidente, en Entre Ríos, el mito de Gilda ha revivido en la piel de Natalia Oreiro, quien -en una entrevista con Teleshow del 7 de septiembre de 2016- confesó sus secretos para conseguir los derechos de la cantante. “Yo era fan de ella, y de alguna manera llevaba mis personajes un poco de ese amor que sentía. En ‘Muñeca brava’ mi personaje en una bailanta se ponía una minifalda colorada, cantaba sus temas y dormía con una remera de ella. Nos invitaron una vez a ir a grabar a Gualeguaychú, al carnaval, y yo les dije: ‘¿No es la ruta por donde está el santuario de Gilda?’ y les pedí por favor filmar ahí. Fue súper emotivo, siempre la quise mucho”.

Cada vez que pudo, ya desde hace varios años, la actriz reconoce haber utilizado recursos inspirados en la cantante. Su devoción poco a poco se transformó en el profundo deseo de interpretarla. Algo por lo que la actriz uruguaya debió esperar bastante y que finalmente pudo volverse realidad con el estreno de la película.

Pese a sus sueños, admite Natalia que tardó mucho en concretarlos. Porque Fabricio, hijo de la cantante y quien había sobrevivido al accidente, no cedía los derechos: “le escribí que había muchos puntos en común en la vida de su mamá y en la mía, como el hecho de tener un sueño y trabajar para conseguirlo. Finalmente aceptó ceder los derechos. “Supongo que lo hizo porque fue papá, porque querría que su hijita conociera la historia de su abuela”, contó.